Hasta mediados de los años veinte los Jardines de Cristina se extendían entre el triángulo que conforman Puerta Jerez, Palacio de San Telmo y la Torre del Oro.

Pero llegaron los preparativos para la Exposición Iberoamericana y con ello la necesidad de plazas hoteleras en las que alojar a los visitantes del evento.

El Hotel Cristina fue construido entre 1927 y 1929. Su arquitectura supuso una fusión entre el Art Decó, presente en su fachada formada por columnas de ventanas y un interior sobrio, y el estilo neocolonial.

Contó con más de 450 habitaciones pero en los años 70 tan solo seguían teniendo uso hotelero algo más de cien habitaciones. El resto habían sido convertidas en viviendas.

Para sorpresa de todos fue parcialmente derribado y reconstruido en los años 80. Así nace el que conocemos hoy como Edificio Cristina. Se trata de una copia casi exacta del hotel, aunque se aprecian ciertas diferencias en la distribución de las ventanas y en la decoración. 

El aspecto exterior, aunque con algunas modificaciones, conserva las galerías porticadas del bajo comercial, su decoración neobarroca e incluso el colorido original, blanco y albero.

Su autor, López de Otero, fue uno de los más influyentes en el estilo Art Decó en España. Los ornamentos de la fachada y las puertas de acceso al hotel representaron las misiones españolas de Norteamérica.

Su arquitecto, creó un edificio totalmente ajeno al regionalismo imperante en la ciudad en aquella época, cuyo aspecto actual recuerda al que un día tuvo este famoso pero efímero hotel.

En la actualidad, a excepción de los bajos que son locales comerciales, están divididos en apartamentos, algunos de uso particular y otros sede u oficinas de empresas.

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