A primera vista parece una base americana, e incluso alienígena. Si embargo se trata de un complejo deportivo y de ocio que abrió sus puertas el 13 de abril de 1976 en el barrio de Montequinto.

El espectacular Hielotrón, como fue bautizado, estaba formado por una pista central de patinaje sobre hielo y varias pistas más pequeñas unidas a la principal a través de pasillos.

En el interior de las cúpulas se proyectaban imágenes, por lo que mientras patinabas, te podías trasladar a un río de África o volabas entre cigüeñas. Además, gracias a la constante entrada de aire para el inflado de las cúpulas, se añadían esencias aromáticas relacionadas a las proyecciones.

Contaba con un enorme hall, vestuarios, cafetería, zonas de descanso, salón de juegos y guardería. Y en el exterior había zonas deportivas al aire libre.

En su corta existencia se organizaron desde espectáculos de patinaje sobre hielo, conciertos, galas benéficas, campeonatos o competiciones. Incluso se creó un equipo de hockey sobre hielo que llegó a jugar la liga nacional.

El Hielotrón tuvo una gran acogida entre un público que abarrotaba a menudo las instalaciones, que permanecían abiertas incluso en verano gracias a un innovador sistema.

Su arquitecto, el vallisoletano José Miguel de Prada Poole, también autor del añorado Palenque, lo dotó de un estilo moderno y vanguardista, cuyo diseño obtuvo el Premio Nacional de Arquitectura en 1975 y numerosos reconocimientos internacionales.

Pero la noche del 24 de febrero de 1978 un fuerte vendaval que azotó la ciudad hundió la estructura principal. Entre las hipótesis un error de diseño, un fallo eléctrico o posibles actos vandálicos, ya que soplaron vientos de 67 kms/h y el Hielotrón estaba diseñado para soportar vientos de hasta 150.

Unas semanas más tarde, volvía a abrir sus puertas con la cúpula principal al aire libre, debido al elevado coste que suponía sustituirla. Lo que supuso que al poco tiempo cerrara sus puertas definitivamente.

Para los más nostálgicos, actualmente aún es posible ver partes de los cimientos sobre los que se levantó este futurista pero efímero proyecto, junto a un parque empresarial.

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