Apenas nos desplazamos unos metros de la última publicación, sobre la Casa de la Moneda, cuando nos encontramos otro singular edificio que no pasa desapercibido. Ubicado en el número 38 de la avenida de la Constitución, se trata del edificio Coliseo, de claro estilo regionalista. Inevitable pensar en la Plaza de España al contemplarlo.

Edificio Coliseo en la actualidad

El primer nombre que recibió fue el de cine Reina Mercedes pero para la Exposición iberoamericana, para el que había sido concebido, fue renombrado como teatro Reina Victoria, tras unas pequeñas reformas. A finales de 1931 sería rebautizado como Coliseo España.

Sus fachadas combinan el ladrillo tallado visto con paños de cerámica vidriada que simulan grandes tapices, elementos de hierro forjado, madera o mármol. Destacan dos torres miradores con remates de hierro, el uso de pilares, las marquesinas y otros elementos decorativos.

Antiguo aspecto del edificio

En cuanto a la decoración interior, los vestíbulos contenían pinturas murales con motivos costumbristas con alusión al teatro, donde además destacaban los apliques de bronce dorado y una gran lámpara central de bronce y cristal de 6 metros de altura y 4 de diámetro.

La destruida sala de butacas, con el rico telón al fondo

Y aquí comienza la tragedia; Su promotor lo vendió a la empresa Previsión Española, que lo mantuvo como teatro con la propiedad del Banco Bilbao Vizcaya (BBV). La propiedad quiso derribarlo en los años setenta pero gracias al movimiento ciudadano se salvó del derribo y fue declarado Monumento Histórico Artístico de la ciudad.

Poco después, su interior fue literalmente vaciado. A día de hoy, las fachadas son los únicos elementos que se conservan del edificio. Como testigos, las taquillas originales bajo las marquesinas que la protegían.

Fachada, taquillas y marquesinas conservadas

Del Interior se consiguieron extraer las pinturas murales de gran formato, los paños de azulejos que decoraban las zonas comunes y la famosa lámpara que pocos saben que en la actualidad se encuentra en el Teatro Lope de Vega. La joya de teatro que perdimos.

Lámpara conservada en el también teatro Lope de Vega