¿Sabías que…?
En 1992, aprovechando el contexto de la Exposición Universal de Sevilla, más conocida como Expo’92, la Torre del Oro y la Torre de Belem, situada en la capital portuguesa, quedaron unidas para siempre.
Este hermanamiento se debió a que ambos monumentos tuvieron las mismas funciones a lo largo de su historia, claves en la Era de los Descubrimientos, que fue el lema que acompañó a la conocida muestra Universal.
Como curiosidad, la siguiente ciudad, tras Sevilla, en celebrar una exposición fue precisamente Lisboa, en 1998.

